25 marzo, 2011

De todo un poco o epílogo del invierno

He encontrado este invierno, de rebajillas, unas botas estupendas de ante, una cámara que guardaba en un cajón, una sombra de ojos mortífera de necesidad, un vestido de pin-up abandonado en un armario, un disco de los que merece la pena pagar por tenerlo y no piratear y una colección de camisas blancas de las de parecer niña buena.

He encontrado un libro cojonudo...uno de los que dicen grandes verdades y dan ideas brillantes. No os diré el título no sea que luego todos vayais a usar la misma estrategia...Lo han escrito pensando en una empresa, pero creo que vale para casi todo.

He encontrado un karma estupendo. Sólo tiene una pega: hace interferencias con los metomentodo autóctonos. Estoy desarrollando la versión 2.0, se trata de mejorar el código para que los aborígenes tropiecen con su propia cadena. Todavía no funciona con los adolescentes patológicos, si alguien sabe cómo depurarlo, que me lo pase, please...

He encontrado a un gran profeta, de hecho siempre ha estado ahí, lástima que piense que es de segunda, porque es de primerísima. Si fuera una persona sensata, le escucharía más y más a menudo, lástima que no lo sea (sensata, digo)...pero se lo agradezco igual, o más.

He encontrado la Verdad, sí, sí sí, con mayúsculas. Y es que es necesario -y debería ser obligatorio en la vida, cagarla periódicamente- para no perder la costumbre, para recuperar la humildad y la humanidad y sobre todo, porque  aprender de los errores es lo único que nos hace crecer (y cuanto más gordos, mejor).
 
He encontrado a una persona..., a alguien que ya conocía pero no recordaba...me la han vuelto a presentar Mis Amigos y curiosamente, me mira cada mañana desde el espejo...