17 octubre, 2012

Librepensando

Quiero pensar que la crisis está devolviéndonos la capacidad de reflexionar sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.Y sobre lo que ocurre en nosotros y entre nosotros. Una crisis no es el fin del mundo y este es un país de luchadores, que ha salido de otras peores, solo que no nos acordamos bien de como se hace.

Crisis no es el fin del mundo ni es desesperación, es cambio, es ruptura y es una ocasión extraordinaria para reinventar y reinventarnos. Por supuesto que es un fastidio, que nos saca de nuestra zona de comodidad y que las primeras reinvenciones no son siempre las definitivas. Podemos elegir si vivimos de mal humor perpetuo escuchando las noticias o hacemos la revolución a nuestra manera. Cada uno encontrará la suya...me cabrea bastante el hayque, el tienesque y el nohayotraque

Siempre hay una tercera opción, y una cuarta y una quinta, pero los medios de comunicación, los políticos y los grupos sociales de todo tipo reducen todo a un par de opciones miserables, que son las que les da la mollera para idear. No creo en la anarquía, creo en las personas, en la creatividad que hemos olvidado cómo utilizar. Revolución no es sólo desobediencia civil, que también puede serlo, pero yo prefiero verla como re-evolución. Mientras no recuperemos la autoestima y las ganas de hacer de este un país mejor para vivir no hay nada que hacer. Ahora saltarán los lloricas demagogos a mi yugular...

Sí, el futuro de todo esto lo decidimos cada uno de nosotros, no los políticos. Decidimos cada día cómo organizar nuestras casas, nuestras vidas y si entregamos nuestro tiempo a la queja improductiva o mejorar nuestra parcelita del país. Por supuesto que hay mil trabas, lo sé, pero hay también mil vías que no hemos explorado y tal vez ni siquiera imaginado.

No os diré lo que debéis hacer o a lo que debéis resignaros. Hay auténticos profesionales de eso, demasiados, quizás. Sólo querría recordaros que todos y también cada uno tenemos la capacidad de hacer cambiar cosas, grandes o pequeñas, que merecerán la pena o que no...¿quién se atreve?