20 junio, 2010

La inexorable regla de los cuatro meses

Parece que algunas personas atraemos las casualidades. Tal vez es sólo que prestamos atención a lo que sucede a nuestro alrededor ...el caso es que las cosas ocurren.

He tenido tres parejas estables en mi vida de adulta.

Rompí con el primero de ellos un mes de Octubre. Me ofrecieron un trabajo nuevo y mejor. El día 28 de Febrero hice las maletas. El 1 de Marzo vivía en otra ciudad.

El segundo me plantó un mes de Febrero. Me ofrecieron un trabajo nuevo y mejor. El día 30 de Junio hice las maletas. El día 1 de Julio vivía en otra ciudad. Luego volví, pero esa es otra historia.

La tercera historia también terminó en Febrero -seguro que ese mes tiene algún significado especial, pero no sé cuál-. Esta semana me han ofrecido un trabajo nuevo y parece realmente interesante, a falta de concretar algunos detalles...

¿Debería empezar a buscar una maleta?

16 junio, 2010

Se regala diplodocus usado

Regalo diplodocus. A quien lo quiera.
Como decía una antigua jefa mía, a los buenos siempre se los llevan. Yo tenía un gacela, pero  se fue. Alguien ha ocupado su lugar. No lleva ni dos semanas. Debería ser el gran león, maestro de los habitantes de la selva. No es que tenga experiencia ni méritos, es que, según él mismo, se lo merece. Es el más creativo de los habitantes de la jungla, si obviamos todo lo conocido desde 1989. Es el jefe de la manada, y como tal, se hace valer, lástima que la manada ni siquiera le haya adoptado aún. Sería el mejor cazador de gacelas, si las gacelas fuesen un poquito más educadas...ya no se respeta nada y las gacelas se empeñan en huir a toda velocidad cuando se acerca el diplodocus, perdón, el Señor León.

10 junio, 2010

C'est la vie

Lo confieso, me he enamorado... Dios mio, si es que no tengo remedio... y mira que me lo sé, que tengo la lección más que bien aprendida estudiada. En fin, así es la vida, nada adelanto con negar la evidencia. Sé que me harán daño, que tal vez sea un capricho, un amor de verano. Reconozco que no me puedo resistir, esta vez siento verdadera debilidad, pasión... Aaais..., a mis años y con esta tontería encima, esto no puede ser, tengo que acabar con esta obsesión, cueste lo que cueste. Cuando pienso en esa piel, en ese tacto, en ese estilo, siento vértigo.



Ha llegado el momento de dar un paso más, de tomar una decisión, sin dudar, sin mirar atrás, sin pensar en el precio por una vez.

Decidido,

el sábado,

sin más dilación

voy a comprarme esas sandalias de tacón de piel de serpiente...